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Vivimos en un mundo inmerso en la innovación tecnológica, adultos y niños tenemos infinita información a la que acceder “a golpe de click” y en numerosas ocasiones nos preguntamos si nuestros hijos son capaces de diferenciar entre la información que es relevante y la que no o si distinguen aquellas fuentes que son fiables de las que no lo son. A veces, nuestras reflexiones son aún más profundas y cuestionamos si saben tomar decisiones o si desarrollan opiniones propias basadas en el contraste de informaciones.
Cuando hablamos de pensamiento crítico nos referimos al proceso intelectual que se realiza de manera consciente y que nos permite pensar de manera analítica, evaluar, interpretar y explicar la realidad de manera objetiva; de esta manera estamos receptivos a la información y la cuestionamos si tenemos dudas para tomar la decisión correcta.
Cada vez se hace más necesario dotar a nuestros niños de recursos para desarrollar la capacidad de aprendizaje. El pensamiento crítico saber analizar, reflexionar, comparar, discernir, explicar, decidir… sobre los contenidos a los que accedemos.
Los tres pilares del pensamiento crítico
Nuestros hijos están tomando pequeñas decisiones continuamente guiados por la intuición o por sus sentimientos… Si potenciamos su pensamiento crítico podrán manejar la ingente cantidad de información y clasificarla separando lo importante de lo secundario. Este requisito es fundamental en nuestra sociedad digital, en la que estamos expuestos a un enorme torrente de contenido de todo tipo, especialmente “fake news”. Si desde pequeños desarrollan la capacidad de cuestionarse la realidad y
examinarla a fondo, llegarán a la edad adulta con una mayor madurez intelectual.
Cuando hablamos de pensamiento crítico, encontramos tres pilares fundamentales:
Profundizar en los datos informativos para comprender su significado real.
Enfocar los hechos o situaciones desde varias perspectivas.
Tomar una decisión con autonomía y responsabilidad.
¿Se puede aprender la habilidad de poseer un pensamiento crítico?
Todos pueden aprender habilidades de pensamiento crítico. Es cierto que encontramos niños curiosos por naturaleza que se cuestionan las cosas de forma natural; no obstante, nosotros desde casa podemos plantear actividades como:
Servir de modelo ante la resolución de un problema o situación compleja.
Responder “sus porqués” de manera indirecta: Siempre que pregunten el porqué de algo es importante no responderlo de forma directa, sino preguntarles qué creen ellos para que primero obtengan sus propias conclusiones.
Promover preguntas abiertas, poderosas y fructíferas para favorecer el proceso de pensamiento.
Realizar actividades de observación en las que tengan que responder a través de pequeños detalles. Por ejemplo, pedirles que observen bien un dibujo sobre una situación que permite diversas interpretaciones y preguntarles: ¿qué creéis que está ocurriendo aquí?
Antes de comenzar la lectura de un libro hacerles preguntas para que sean conscientes de la información previa que conocen acerca del tema que trata y, al terminar de leer una lectura, preguntar qué sabían antes y qué saben ahora o si ha cambiado algo de lo que pensaban.
Permitir que aprendan mediante la búsqueda de información en distintas fuentes, después analizarla y resolver las dudas que les surjan.
Ayudarles a comprender conceptos de forma detallada. Por ejemplo, podemos pedirles que busquen una palabra en el diccionario para después preguntarles qué significa para ellos ese concepto y pedirles que lo apliquen en algún ejemplo.
Entrenarlos en la resolución de problemas cotidianos: ayudarle a identificar el problema, hacer una lluvia de ideas sobre todas las posibles soluciones, pensar las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas y decidir cuál es la mejor opción final.
Realizar debates acerca de temas controvertidos en los que tengan que defender su postura, pero también la postura contraria, con argumentos y no solamente con opiniones o creencias.
Enseñarles a comparar y contrastar cosas.
Permitirles decidir de manera autónoma para que aprendan a asumir la responsabilidad de sus propias decisiones.
Analizar y comparar una noticia desde diferentes perspectivas ya sea con diarios, distintos canales de televisión, la radio…
Plantear un debate a partir de la lectura de un libro, de un artículo, de la visualización de un vídeo de una situación compleja… El debate permite que argumenten la posición que han escogido.
Artículo escrito por:
Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga
www.roaeducacion.com
https://roaeducacion.wordpress.com/